
martes, 30 de septiembre de 2008
miércoles, 24 de septiembre de 2008
lunes, 22 de septiembre de 2008
sábado, 20 de septiembre de 2008
Prueban científicamente que las rayas verticales nos "engordan"

En
El rollizo Obélix luciría mejor tipo si vistiera con rayas horizontales en lugar de verticales. Es lo que se deduce de un nuevo estudio de la Universidad de York (Inglaterra) que demuestra que la ropa estampada con rayas verticales crea la ilusión óptica de un cuerpo más voluminoso. Los resultados, presentados este fin de semana en el Festival de la Ciencia que se celebra en Liverpool, contradicen la creencia popular de que las rayas verticales estilizan.En realidad este fenómeno visual se conoce desde hace tiempo. En 1860, un fisiólogo y físico alemán llamado Herman von Helmholtz ideó dos series de líneas paralelas, una vertical y la otra horizontal, que encajaban en sendos cuadrados. Y demostró que aunque los cuadrados tenían el mismo tamaño, las líneas verticales parecían cubrir una mayor área, algo que el científico denominó la "ilusión de los cuadrados". Es más, en su Manual de Óptica Fisiológica Helmholtz llegó incluso a recomendar a las mujeres vestir con rayas horizontales para “suavizar” sus curvas. El alemán también descubrió otro efecto óptico por el cual un círculo negro sobre un fondo blanco parece más pequeño que uno blanco sobre fondo oscuro, lo que explica por qué vestir de negro nos “adelgaza”.
La aspirina de los árboles

Cuando las cosas se ponen difíciles -por ejemplo debido a cambios de temperatura inesperados, sequía o plagas- los nogales emiten una sustancia química muy parecida a la aspirina que les ayuda a combatir el estrés al que están sometidos. “No necesitan acudir a la farmacia”, explica Thomas Kart, investigador del National Center for Atmospheric Research (NCAR) y coautor del estudio que publica la revista Biogeoscience. Lo más interesante es que ese derivado de la aspirina podría detectarse en la atmósfera y alertar a los agricultores de que sus cultivos están “sufriendo”. El descubrimiento se produjo accidentalmente cuando Kart y su equipo decidieron colocar en un bosque de California unos instrumentos para medir la emisión de ciertos derivados del carbono volátiles que, sumados a las emisiones industriales, afectan a los niveles de contaminación atmosférica. Los sensores detectaron altas concentraciones de un compuesto llamado metilsalicilato cuando las plantas, que estaban padeciendo los estragos de una fuerte sequía local, se veían sometidas a un frío extremo durante una noche y a altas temperaturas a la mañana siguiente. Esta sustancia, que es en realidad una forma de la aspirina, estimula mecanismos de defensa análogos a la respuesta del sistema inmune en animales. Y, además, previene a las plantas vecinas de lo que está sucediendo. “Por fin tenemos pruebas tangibles de que los árboles se comunican a través de la atmósfera”.Y ahora los científicos también podrán leer ese mensaje químico de las plantas. "Si tenemos la posibilidad de detectar en el aire una situación de peligro para los bosques y los cultivos, podremos actuar mucho más rápido, por ejemplo aplicando pesticidas”, sostiene Kart.
viernes, 19 de septiembre de 2008
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